Durante la época colonial se explotó en la región el oro, la plata y el cobre, por lo que la región tuvo un desarrollo minero, como también agrícola con importantes lavaderos de oro y una producción agrícola ganadera. El desarrollo agrícola y minero, facilitó que la población se agrupara en Putaendo, que ya en el siglo XVIII comenzó a consolidarse como un poblado entorno a la iglesia de San Antonio. Con la llegada de la emancipación y la presencia del Ejercito Libertador, el poblado de San Antonio de la Unión de Putaendo, cobro relevancia en el teatro de operaciones del ejército emancipador en 1817. En 20 de marzo de 1831, la Asamblea de Aconcagua le otorgó el título de villa y el 30 de abril de 1868 se le confiere el título de ciudad.
En relación con el predio agrícola "El Trapiche", sector de Las Granallas, espacio en proceso de recuperación desde 2014, en el Valle de Putaendo, se rescata en primer lugar la construcción, posiblemente de una bodega, que sigue los parámetros de las edificaciones del Chile el central. Los materiales utilizados en la construcción, representan los cánones de la arquitectura vernácula chilena, que se desarrolló durante el período colonial y que se fundamentó durante el siglo XIX. Sistema constructivo basado en la tierra, con bloques de adobe, hecho de barro y paja y estructuras de madera. La construcción sigue los parámetros de esta arquitectura, como es el adobe, las piedras en bolones, como parte de los cimientos, la madera en vigas y puertas, como también la arcilla en tejas y en ladrillos, como también la Cal, para el recubrimiento de los muros y los pavimentos. También se aprecia un trapiche conformado por un molino accionado por agua, horno y pozos de tratamiento y decantación. Desde 2014 todas estas instalaciones han ido quedando al descubierto constituyendo un museo de sitio.