En 1975 se celebró el centenario de la venida del último grupo de inmigrantes a la zona del Lago Llanquihue, por lo que Antonio Felmer decidió organizar una pequeña exposición de objetos relacionados con el proceso colonizador austro-alemán en la zona de Puerto Varas.
Recolectó afanosamente material histórico casa por casa y, como resultado del gran éxito de la exhibición, el espíritu visionario de Antonio lo impulsó a iniciar un largo proceso de recopilación de objetos para impedir la desaparición de una valiosa e histórica cantidad de representativos vestigios.
Durante siete años recogió una importante cantidad de piezas que seleccionó y ordenó en la planta baja de su propio hogar, hasta donde acudían cientos de visitantes.
Ello motivó el traslado de la colección completa al Museo Alemán de Frutillar, la que fue facilitada por Antonio para su inauguración. Esta recopilación estuvo en Frutillar hasta inicios del siglo XXI.
Fue entonces en el año 2001 que los valiosos objetos retornaron a su origen, al hermoso granero de arquitectura colonial alemana donde se mantienen vivos la historia y el objetivo de consolidar y expandir la tradición colonizadora.