El Museo se creó de manera espontánea, casi un año después de la tragedia del aluvión de 2017, que devastó la localidad de Villa Santa Lucía, en Chaitén, y donde fallecieron 22 de sus habitantes.
La familia Inostroza Cárcamo, compuesta por cinco personas, sobrevivió al aluvión dentro de lo que fuera su casa habitación. Esta vivienda fue la única que se conservó en pie; no obstante, se cayó una pared por donde entró el alud.
Luego de lo ocurrido, la familia decidió conservar la casa. Con mucho esfuerzo, la despejaron, limpiaron y restauraron. A su vez, plasmaron en ella la historia del suceso a través de fotografías, videos, diarios, testimonios de sobrevivientes y objetos significativos rescatados del barro, entre otros. Con el tiempo, este lugar se transformó en un espacio de memoria y reflexión para las familias de los desaparecidos.
Las personas que visitan la Carretera Austral, al pasar por este lugar, se impresionan ante la evidente devastación y se detienen para saber qué ocurrió. Así es como se encuentran con esta familia, cuyos miembros se sienten en el deber de responder a sus inquietudes, así como también de compartir sus memorias y las de sus vecinos sobrevivientes, quienes debieron emigrar a otros pueblos.
Cada temporada, incluso en temporada baja, este lugar permanece abierto para entregar información a quienes visitan la zona. De este modo, se ha constituido en un espacio de encuentro, reflexión y diálogo.