Lecciones del Museo Reimaginado

14 de septiembre de 2015

Fuente: Registro de Museos de Chile

Andrea Torres -encargada de Edición del Museo Chileno de Arte Precolombino- asistió al encuentro El Museo Reimaginado, realizado en Argentina a inicios de septiembre, donde participaron representantes de distintas instituciones chilenas.

Andrea Torres en el seminario El Museo Reimaginado

Quisiera relevar tres temas que me parecieron importantes para mi trabajo y, por cierto, aplicables a la realidad chilena. Quizás más que simplemente aplicables, urgentes de considerar en nuestro quehacer.

En primer lugar, la discusión acerca de los estándares mínimos para museos, cuyo marco general dice relación con los procesos que siguen o han seguido los museos en el mundo para acreditarse y la importancia de contar con requisitos claros para el funcionamiento en las distintas áreas que considera la actividad museal. En el intercambio de opiniones en este ámbito surgieron varias diferencias, pero sobre todo, se hizo evidente la poca claridad que tenemos en América respecto a este tema y otros relacionados, como la planificación estratégica en instituciones culturales, cuyo desarrollo resultaba ajeno para la mayoría. Pienso que es de suma importancia integrar este tipo de conceptos y procesos a nuestra labor, sobre todo con miras a la elaboración de una Política Nacional de Museos. Esta debería incluir las bases para un programa de acreditación de museos en el país, de manera de contar con un marco regulatorio que beneficie a los trabajadores, los administradores, los auspiciadores y, sobre todo, al público que nos visita.

En segundo lugar, y por mi trabajo en un museo cuyas colecciones son arqueológicas y etnográficas, me pareció de mucho interés la reflexión en torno a la integración de las culturas indígenas y mestizas en los museos. En especial, hacer hincapié en el error de 'adueñarnos' del pasado de las culturas indígenas y circunscribirlas a él, reproduciendo en nuestros discursos lo de insertar 'el pasado en el presente'. Se trataría, más bien, de insertar un presente en otro presente, con todo el respeto y el cuidado que ello implica, ya que las piezas que exhibimos se vinculan con una memoria que en muchos casos sigue viva. Esto me hace aún más sentido si pensamos en el museo como un espacio activo, de discusión, capaz de interpretar las necesidades simbólicas de la sociedad, y ya no limitado al almacenamiento estático de la historia.

Y tercero, en relación con las formas de comunicar en los museos, consideré relevante la idea de ceder el poder de la comunicación al público y de poner al visitante en foco. Esto es, tanto otorgar las facilidades para la utilización de las nuevas tecnologías móviles en nuestras salas, favoreciendo la instantaneidad del mensaje y el 'boca a boca', así como generar instancias que generen tal identificación que permitan al visitante sentir y divulgar que 'todos somos el museo'.

Por último, no quisiera dejar de destacar la impecable organización del encuentro. Con mucha anticipación se entregó la información necesaria, que conforme se acercaba el evento se iba confirmando y detallando. Una vez allá, todo funcionó según lo programado, con puntualidad y dinamismo, en distintas modalidades de presentación de los contenidos. Los oradores, de distintos países de América y también de Australia y el Reino Unido, eran expertos en sus respectivas materias. Se cuidó también que los participantes representaran la variedad de museos que existen en el continente y hubo incentivos para asistir, como 'becas' otorgadas por las distintas instituciones patrocinadoras. En mi caso, fui becada por la Fundación Getty para trasladarme hasta Buenos Aires.

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